“Hacemos lo que podemos”: La triste realidad del Hospital Tornú
Entrevista a Tomás Moro
"Hacemos lo que podemos": La triste realidad del Hospital Tornú
Por Geremías Silva

Ubicado en Parque Chas, el Hospital de Agudos Enrique Tornú es uno de esos lugares donde la salud pública se sostiene, por voluntad y pasión de sus trabajadores. Si se camina sus pasillos, la escena está decorada por techos dañados, escaleras peligrosas y sectores que parecen haberse quedado en el tiempo. Más allá del esfuerzo diario del personal, hay una sensación generalizada de abandono.
En este caso, conversamos con Tomás Moro, trabajador del sector laboratorio del hospital, que nos cuenta desde su experiencia cómo se vive por dentro esta situación.
¿Hace cuánto tiempo trabaja en el Hospital Tornú y en qué funciones específicas se desempeña dentro del laboratorio?
Trabajo en el Tornú desde el año 2001. Estoy en el sector de laboratorio, donde realizamos análisis clínicos, extracciones, procesamiento de muestra. Básicamente, tareas fundamentales para los diagnósticos médicos del hospital.
Desde su experiencia, ¿cómo evolucionaron las condiciones edilicias y de equipamiento en el laboratorio a lo largo del tiempo?
La verdad, las condiciones fueron empeorando. Hoy estamos trabajando en condiciones pésimas. Falta de insumos, de seguridad, de mantenimiento. El equipamiento es bastante viejo, muchas veces no da abasto o directamente no funciona como debería. Nosotros hacemos lo que podemos con lo que hay.
¿Qué tipo de fallas o carencias específicas se presentan hoy en el sector?
A veces no hay agujas. O hay, pero son agujas gruesas que no deberían usarse. Nos faltan insumos básicos. Hay una gran falta de seguridad también, y eso pone en riesgo tanto al personal como a los pacientes.
¿Cree que estas fallas están vinculadas con falta de inversión o una mala gestión interna en años anteriores?
Yo creo que es un poco de todo. Estas fallas no son de ahora, vienen de hace mucho. Desde distintos gobiernos, distintos directores pero el resultado es el mismo: un hospital olvidado. El Tornú parece estar en esa lista de hospitales que nadie que la Ciudad olvidó.
¿Cómo impactan estas condiciones en su trabajo diario y en la calidad del servicio que reciben los pacientes?
Muchísimo. Y lo peor es que los pacientes se la agarran con nosotros, que somos los que ponemos la cara. Los insultos y los malos tratos vienen para los que ayudamos. Nosotros tratamos de brindar el mejor servicio posible, pero no tenemos las herramientas que necesitamos.
El Tornú sigue funcionando, claro. Pero lo hace gracias a quienes lo sostienen desde adentro, a pulmón. Mientras tanto, las promesas de mejoras siguen esperando en algún escritorio, mientras las agujas gruesas y los insultos siguen llegando al laboratorio.
