“Empezamos a caminar devuelta después de un estancamiento”
Entrevista a Héctor Jarolavsky
"Empezamos a caminar devuelta después de un estancamiento"
Héctor Jarolavsky trabaja en el Hospital de Agudos Enrique Tornú hace cuarenta años. Comenzó como técnico electricista en 1985, encargado de tareas como mantenimiento de ascensores, bombas de agua e instalaciones del edificio. Aunque no tuvo la posibilidad de acceder a una carrera universitaria, estudió Electrotecnia a nivel terciario. A lo largo de su vida, pasó por distintas áreas como mantenimiento, logística y jefatura de depósito, siempre aplicando la técnica y la experiencia sobre la práctica
Es una parte fundamental del funcionamiento del hospital, pero muchas veces su labor se ve invisibilizada. Su extensa labor dentro del Tornú, que abarca cuatro décadas, lo transforma en un testigo importante de los cambios estructurales, políticos y sociales que atravesó esta institución.
¿Qué opina acerca de la infraestructura del Hospital Enrique Tornú?
Con respecto a la infraestructura edilicia, hay que empezar diciendo que nosotros venimos de una gestión de un director hace doce años, donde en el último tramo de la misma, el hospital se fue en picada, es decir, no se hacían obras ni arreglos. Cambió hace un año la gestión con un director nuevo, llamado Marcelo Braum y el cambio de aire hizo que el Tornú es visible porque ahora por lo menos lo están pintando y compraron un poco de equipamiento, aunque todavía faltan recursos en todos los sectores, no solo en la parte médica, sino que también en los servicios y en la técnica.
Con esta nueva gestión hay una ilusión de resurgimiento del hospital en distintos aspectos, pero falta un montón todavía.
¿Qué elementos y recursos tiene que incorporar de manera inmediata esta nueva gestión para que el hospital empiece a mejorar?
Faltan recursos y elementos, como pueden ser camillas, mejor mantenimiento, más matafuegos, entre muchas otras cosas. Sobre todo, que se les dé el funcionamiento correcto a ciertas partes del hospital. Pero bueno, es como que empezamos a caminar devuelta después de un estancamiento de cinco años. También es necesario cubrir gastos como comprar ropa para el personal, equipamiento y seguridad para los compañeros. Todo esto avanza lento, pero confiamos en que todo va a mejorar.
¿Cómo está hoy en día la situación de dengue en las cercanías del Hospital Enrique Tornú?
Nosotros éramos una de las comunas con más casos de infectados por dengue. Desde el año pasado a esta parte creo que bajó a un mínimo la infección, no sé si se hicieron muchas campañas de prevención, pero aquí se creó una unidad febril, un sector donde nosotros confeccionamos desde la parte de ropería los tules para los pacientes y una sala de hidratación que se hizo especialmente para pacientes cuando estaban internados por esta enfermedad.
Este año ha bajado a un 5 o 10% de lo que fue el año pasado, donde había cola de gente afuera de la guardia.
¿Qué pasó con el edificio de maternidad del hospital?
El edificio de la maternidad fue clausurado en el año 1985. En ese lugar, después de cierto tiempo, el gobierno nacional había hecho un arreglo con el gobierno de la ciudad de Buenos Aires para hacer un centro regional de hemoterapia y diálisis, es una obra que se empezó a hacer de manera estructural. Pero desde el año pasado, cuando ganó las elecciones el nuevo presidente, la obra fue mermando y actualmente está totalmente suspendida, hace unos tres o cuatro meses que no se trabaja sobre ese lugar.
Nosotros, desde servicios generales, habíamos propuesto hacer en ese lugar un pabellón de administración, pero no tuvimos respuesta.
Con todos los problemas que tiene el Hospital de Agudos Enrique Tornú hace años, imagino que en la pandemia por el Covid-19 no fue nada fácil trabajar, ¿es correcto?
Si, es así. La pandemia fue una época bastante dura, para aquel entonces yo era coordinador de logística, estuvimos dos años encerrados (metafóricamente). Nos faltaron insumos y elementos de bioseguridad. Con el paso del tiempo el Gobierno de la Ciudad se vio obligado a triplicar los gastos y recién en ese momento pudimos trabajar cómodos, porque el hospital no estaba preparado para una situación extrema.